El lenguaje químico de las abejas: Feromonas

Todos los seres vivos necesitan recibir información del medio en el que viven. Para obtenerla utilizan diferentes sentidos o sistemas sensoriales. Los sistemas sensoriales son necesarios, entre otras funciones, para buscar alimento, para evitar el ataque o huir de los depredadores y para buscar un compañero(a) con el que poder reproducirse. Los sentidos con los que contamos los humanos son: vista, oído, olfato, gusto y tacto.

La información que se recibe del medio gracias a los sistemas sensoriales es analizada por el centro coordinador del sistema nervioso (cerebro) y en la mayoría de los casos el animal reacciona al estímulo produciendo una determinada respuesta.

Los animales de costumbres solitarias reciben estímulos del medio en el que viven y elaboran diferentes respuestas teniendo en cuenta sus propias necesidades. Pero los animales sociales necesitan no sólo recibir información del medio que los rodea, para ellos es imprescindible recibir dicha información y además precisan poder comunicarse con sus compañeros de grupo.

Abejas sociedad

Esta comunicación entre los miembros de la colonia permite desarrollar respuestas grupales frente a un determinado estímulo.

Los comportamientos denominados sociales en muchos casos implican una modificación de los comportamientos individuales para adaptarlos a las necesidades de la colonia. Un ejemplo típico de adaptación del comportamiento individual a las necesidades del grupo, es la defensa comunal de la colonia por las obreras mediante el uso de sus aguijones.

Resumiendo, los animales sociales reciben diferentes estímulos (señales) del medio y de otros miembros de la colonia, y elaboran diferentes respuestas teniendo en cuenta la información procedente del medio y de sus propios compañeros.

Los insectos sociales viven inmersos en un complejo mundo químico en el que diferentes compuestos actúan como señales o pistas que determinan o modulan el comportamiento de los miembros de la colonia. Hay compuestos que son usados, por ejemplo, para localizar la entrada de la colonia, para defenderla de una agresión externa, para localizar fuentes de comida, o bien para encontrar una pareja con la que aparearse.

Los compuestos químicos que condicionan la fisiología o el comportamiento de un animal reciben la denominación de hormonas o de semioquímicos, dependiendo de su modo de acción. Las hormonas son substancias secretadas por células especializadas localizadas en las glándulas endocrinas o de secreción interna. Son producidas por un determinado ser vivo y su efecto fisiológico se produce en el mismo ser. Un ejemplo típico es la testosterona, hormona presente en mamíferos, aves y reptiles, y que juega un papel fundamental en el desarrollo de los tejidos reproductores masculinos. Los semioquímicos (el término procede del griego semion que significa marca o señal) son compuestos que intermedian entre dos seres vivos de la misma o de distinta especie. Si los dos animales son de la misma especie entonces hablamos de feromonas.

¿Cómo se comunican entre sí los miembros de una determinada colonia?, pues mediante el uso de diferentes lenguajes y comportamientos. En el caso de las abejas un ejemplo típico es el lenguaje de la danza, que utilizan las obreras para indicar a sus compañeras la localización de una fuente de alimento.

Usando un símil al lenguaje de la danza, se puede denominar como lenguaje de las feromonas a las señales químicas que sintetiza un miembro de la colonia (larva, obrera, reina o zángano) y que tienen un efecto sobre otros habitantes del grupo.

Feromonas y abejas

Fuente de este  artículo:  Al clikar en esta  imagen,  podréis acceder a un excelente trabajo de Padilla Alvarez  y J.M. Flores Serrano,  miembros del Dpto de Zoología de la Universidad de Córdoba , sobre los diferentes tipos de feromonas y su papel en el mundo de las abejas

 

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